jueves, 12 de febrero de 2009

EL MÉTODO ROBESPIERRE, SOLUCIÓN DEFINITIVA PARA LOS PROBLEMAS CERVICALES

(Vacapress) Todos lo califican como la mayor revolución médica desde el descubrimiento de la penicilina. El consejero de Sanidad y Ahorro de la Comunidad de Madrid, Phonendoscopius Privatize, proclama a los cuatro vientos que este sistema es milagroso, y que permitirá a las arcas pública ahorrarse lo que no está escrito. Y es que los datos son concluyentes: ninguno de los pacientes tratados con esa terapia volvió a mostrar síntoma alguno de dolencia, ni siquiera de malestar.

Aunque algunos médicos izquierdistas, apoyados por los medios vendidos al oro de Polanco, se empeñan en poner absurdas objeciones, el hecho es que ese método fue llevado a la práctica ya, durante la Revolución Francesa, y ni uno solo de los aristócratas tratados volvió a quejarse de cervicales. Y, con lo pesadas que eran algunas baronesas, tiene mérito.

La redacción está encantado con este adelanto, que arreglará las vidas de un montón de personas, y estará allí donde se aplique, para contárselo a ustedes con todo lujo de detalles.

miércoles, 4 de febrero de 2009

WELLINGTON GANÓ EN WATERLOO PORQUE… ERA ZURDO

(Vacapress) Por fin, casi dos siglos después, un equipo de investigadores de la Universidad de Wichita ha hallado la causa de la derrota de Napoleón, en la batalla que selló el destino de su “Imperio de los cien días”: nunca hasta ese momento se había enfrentado con un general zurdo, y la táctica del duque de Wellington lo descolocó por completo.

Napoleón había llegado a lo más alto de la clasificación de generales mediante una serie de maniobras, muchas de ellas absolutamente geniales, ante las que sus adversarios nunca habían sabido cómo responder. Sin embargo, el noble inglés colocó la caballería y la artillería al revés de cómo mandaban los cánones de la época y, cuando Napoleón reaccionó, tenía las tropas aliadas saqueándole la tienda.

Según estos científicos, el corso, ya preso en Santa Elena, hizo con sus propias manos un risk para zurdos, y al final de sus días estaba tan bien preparado que escribió a Wellington, diciéndole que si no tenía cojones para repetir la batalla, a lo que el duque respondió encogiéndose de hombros.

Un comportamiento muy poco deportivo, en opinión de esta su agencia de noticias.