miércoles, 18 de marzo de 2015

DESCIFRAN EL ENIGMA GENÉTICO DEL COYOTE

Desde que salió por primera vez en una película de dibujos animados, sus propiedades intrigaron a los biólogos. "Se tira desde barrancos de varios centenares de metros de altura, se le caen yunques y piedras del tamaño de un menhir encima, todas las bombas que manipula le estallan en los morros, y no solo sigue vivo, sino que su recuperación dura un par de fotogramas a lo sumo", explica el doctor Paramecius Mamut, uno de los más reputados científicos del CSIC. "En la siguiente escena, ya está montando más artilugios de marca ACME, o urdiendo otras trampas que invariablemente tendrán un final catastrófico".

 
Según informa la agencia Vacapress, este viejo misterio por fin ha dejado de serlo. Un equipo de la Universidad Pol Pot de Titiristán ha secuenciado el genoma del Coyote, y ha hallado un gen al que todas las cábalas señalan como responsable de este comportamiento. Dicho gen, de nombre Fluffy347, solo se encuentra en el Coyote y, en menor medida, en otras criaturas de los dibujos animados, y podría ser utilizado en medicamentos que facilitaran la rehabilitación tras lesiones o accidentes. "De momento, el único resultado positivo es que hemos curado un problema vocal a la Sirenita, pero no duden ustedes de que esto molará mucho", explica el profesor Fu Ton, del citado equipo.

Como siempre, hay voces que se oponen a este avance. Cenutrius Explotator, portavoz científico del Partido Pustular, explica que, si la gente de la clase obrera pasara a ser invulnerable, se pasaría el día persiguiendo correcaminos, en lugar de acudir a sus trabajos de cinco céntimos a la hora. "Y esto podría ser un golpe durísimo para la felicidad de los españoles. Es más, les aseguro tajantemente que los hombrecillos esos están financiados por Venezuela e Irán. Y que usan unos champús horribles".

Pero, entre tanto, la ciencia sigue su camino, y es de esperar que, en breve, habrá anuncios de fármacos revolucionarios en la teletienda y en las páginas más turbias de Internet. Y es que esto del progreso es una gozada.