La arraigada costumbre de los madrileños de aparcar el coche en el salón de sus casas, repantingarse en el sofá viendo la televisión, y coger el coche cada vez que tienen que hacer sus necesidades, tendrá que pasar a mejor vida. El Ministerio de Ambiente y Medio, dentro de su cruzada para reducir la contaminación dentro de los hogares, ha dictado una medida, por la cual la gente no podrá aparcar sus coches dentro de sus hogares.
“Es una cacicada, se ve la mano del lobby de los dueños de los garajes y de los agentes de movilidad”, clama al cielo Dominguer Mandoenmano, presidente de la Asociación de Automovilistas Caseros (AAC). “Estos ecologistas de pacotilla no se dan cuenta que la polución producida por el roce de las suelas de los zapatos es mucho mayor que las supuestas emisiones de los tubos de escape”.
En cambio, el director general de Tráfico Hogareño, Pirelio Sobrerruedas, está eufórico. “Estén ustedes seguros de que, con esta medida, caerán en picado las colisiones y accidentes en el interior de las casas. Y en modo alguno piensen que va a repercutir en una menor cantidad de visitas al cuarto de baño. Las experiencias de peatonalización interna llevadas a cabo en otras urbes demuestran lo contrario”.
En cualquiera caso, se espera un montón de movilizaciones para cuando deje de hacer tanto calor. Salvo que los afectados decidan quedarse en sus casas, repantingandos en sus butacas viendo la televisión, lo que siempre es una posibilidad.