(Vacapress) Nadie sabe cómo reaccionar ante esta insólita medida del alcalde de la localidad. Los movimientos ecologistas no saben si alegrarse por el ahorro energético, y rasgarse las vestiduras ante el maltrato que, sin duda, sufrirán los animalitos. Los comerciantes piensan que esto será malo para sus negocios, pero, por otra parte, están llenando sus escaparates de insectos luminosos de peluche. La Asociación de Infantes, Impúberes y Lactantes del pueblo se muestra preocupada por la repercusión que tendrá sobre los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos.
En cualquier caso, se ha desatado una auténtica caza de luciérnagas en los alrededores del pueblo. Los campesinos están descuidando las labores propias de su profesión y, en su lugar, se pasan el día poniendo trampas y cepos, y vendiendo sus presas a las autoridades municipales. Es tal la fiebre que los economistas están empezando a hablar de la “burbuja de luciérnagas”, que va a sustituir a la estallada burbuja inmobiliaria, y que permitirá a España salir de la dura crisis económica en que nos encontramos. Y que, a su vez, reventará en unos cuantos años, dejando nuestras finanzas hechas unos zorros.
Vacapress ha mandado un enviado especial a la zona, y les informará, en rigurosa primicia, de todo cuanto acontezca.
En cualquier caso, se ha desatado una auténtica caza de luciérnagas en los alrededores del pueblo. Los campesinos están descuidando las labores propias de su profesión y, en su lugar, se pasan el día poniendo trampas y cepos, y vendiendo sus presas a las autoridades municipales. Es tal la fiebre que los economistas están empezando a hablar de la “burbuja de luciérnagas”, que va a sustituir a la estallada burbuja inmobiliaria, y que permitirá a España salir de la dura crisis económica en que nos encontramos. Y que, a su vez, reventará en unos cuantos años, dejando nuestras finanzas hechas unos zorros.
Vacapress ha mandado un enviado especial a la zona, y les informará, en rigurosa primicia, de todo cuanto acontezca.
1 comentario:
Pero mira, mientras estalla y no estalla la burbuja, yo voy a sacar a bolsa mis luciérnagas, a ver si les saco una buena plusvalía, porque hay que ver lo que comen y nadie me daba un duro por ellas. Las echaré de menos, eso sí, ¡son tan cariñosas!
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