Según la revista “Nature”, es el descubrimiento médico más importante desde la penicilina. Científicos de la universidad de Calahorra han desarrollado unos cultivos que, inyectados en el paciente, le harán inmune a las embestidas de los ñus. Y, no contentos con esto, están desarrollando vacunas contras las estampidas de búfalos, zarigüeyas y tortugas marinas.
“Las calles de Madrid serán mucho más seguras, ya la gente podrá pasear por la Castellana sin miedo a morir aplastado por una de las manadas de cuadrúpedos que habitualmente se apacientan en las praderas de la plaza de Castilla”, dice Sherekhan Monachita, concejal de Animales Sueltos del Ayuntamiento de Madrid. “Es una pena que la vacuna no llegara a tiempo para salvar al padre del Rey León, pero, en fin, algo en algo”.
Como siempre, hay quien está en contra. El presidente del partido Bovino, Islero Cuernilarguez, dice que la introducción de la vacuna podría tener efectos psicológicos terribles para las poblaciones de rumiantes, al ya no poder atropellar a los peatones como antes, y que podría conducir incluso a su desaparición.
Pero, entre tanto, las colas en los centros de salud para ponérsela son monstruosas, e incluso los niños empiezan a perder el miedo a esas grandes bestias.
2 comentarios:
Todo un invento revolucionario. Eso de pasear por ahí con la seguridad de no ser aplastado por un rebaño de ñus me devuelve la confianza en la humanidad.
¿A que sí? Menuda liberación, ya solo habrá que estar pendientes de las jaurías de chihuahuas.
Publicar un comentario