Los peatones de Madrid podrán respirar tranquilos. El Secretario de Estado de Mascotas y demás Plagas Urbanas, don Saturnino Pulgón, dijo en rueda de prensa que los fabricantes de teléfonos móviles incorporarán radares, cuya misión será detectar excrementos volantes de tamaño medio o grande, a las próximas versiones de sus aparatos. De momento, las cagaditas de paloma seguirán siendo indetectables, pero el Gobierno confía en que lo serán por poco tiempo.
Al parecer, los teléfonos incorporarán un pequeño dispositivo que, cuando detecte que un pterodáctilo ha lanzado un truñete en la vertical del dueño (con un margen de error, por si este va andando o corriente), emitirá un sonido parecido al de las vuvuzelas que tanto furor hicieron durante el mundial. El peatón, así, tendrá tiempo de esconderse en un portal o de arrojarse a la calzada, y podrá evitar el acabar hecho un cristo.
Cómo no, hay gente que discrepa. Dejando aparte las lógicas quejas de los tintoreros, la ASociación de JUbilados que dan MIgas a los PAjaritos (ASJUMIPA), se queja de que, pese a su admirable adaptación a los gritos y los bocinazos de los madrileños, los pterosaurios lo pasarán muy mal, hasta el punto de que las alarmas puede que afecten a sus ciclos reproductivos. Y, además, no habrá quien duerma en la capital.
Mientras los fabricantes desarrollan sus nuevos modelos, los pterodáctilos están especialmente molestos, e incluso uno de ellos se ha cagado encima del redactor de esta noticia. Que está que trina.
1 comentario:
Los usuarios de móviles ya deseábamos algo así, porque tener un teléfono sólo para partir nueces ya me dirás tú.
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